EN MEMORIA DE HERMILA

BIBLIOTECA MUNICIPAL "HERMILA SOLANA"

POR ROGELIO ALVAREZ HERNANDEZ

Los niños, los jóvenes, los adultos de todos los géneros que hayan asistido o vayan a asistir a el recinto público de los libros, al ver este nombre, pudieran preguntarse. ¿Quién fue Hermila Solana?

He aqui una sinopsis de su ser y porqué este lugar honra su nombre.

Primero. Es una de las mujeres más destacadas nacidas en este terruño al que amó entrañablemente, y en su seno yace. Bella física y humanamente, con su bolso de imperfecciones, pero muy pequeño y sin importancia medular.

Su encuentro en su juventud, ya como madre de un pequeño y recién viuda, fue con el don, la virtud y el arte de la enseñanza-aprendizaje, personificadas en Patricio Redondo, cuando tenía poco de haber llegado a esta pequeña y preciosa población.

El Quijote, leido por el Profesor para un grupo de personas que tuvieron esa dicha, le abrió la puerta de la lectura, y hasta el final, leyó todo lo que pudo, respaldada de un juicio crítico que se sustentó en una cultura profunda y libre, adquirida por la vida y las amistades, a quienes quiso sin medida ni distingos.

Su posicionamiento como secretaria en la Presidencia de la República, en los períodos de mayor responsabilidad y eficiencia del Estado Mexicano, fue de gran utilidad para que la Escuela Experimental Freinet se desarrollara con fluidez, pues se convirtió en la colaboradora más eficiente, más admirada y más querida del Insigne Personaje de la Educación.

Además, con magnanimidad consiguió que la Escuela Patricio Redondo de esta Ciudad, tuviese terreno propio, que la Santa Rosa recuperara su imagen perdida por un acto incendiario, y qué mejor que llevase su rostro que fue muy hermoso y muy pintado por artistas y enamorados. Incluso, la construcción de la Catedral, le debe mucho a su activismo para que se concluyera y consagrara. Incluyendo sus actos y oficios en numerosas realizaciones, como por ejemplo Nanciyaga y apoyo distintivo a los Tlacuilos de los Tuxtlas.

Junto con Alberto Beltrán, Elena Poniatowska, y otras personas más, fueron siempre acompañantes de las vivencias y la obra de Patricio Redondo en sus viajes a la Ciudad de los Palacios.

Encontró en su camino el Amor, en la persona de Enrique Abrego Ortega, un profesionista de las leyes, maduro y ejemplar, con quien se casó después de la muerte del Profesor, de quien heredó su archivo personal, que con su entrañable esposo sistematizaron y preservaron.

Juntos caminaron, juntos elevaron el mayor de los sentimientos al extremo de la lealtad y la fidelidad. Y juntos coleccionaron toda la literatura de autores de toda la región, desde principios del Siglo XX hasta los de principios del XXI, fuera en libros, en revistas, o en fotocopias, y lograron un acervo de más de doscientos obras, que no hace mucho entregaron a la Biblioteca junto con su colección particular de obras de arte.

Estuvo entre nosotros hasta el pasado 18 de este mes, en cuya etapa final de existencia fue prodigada por Enrique, sin que a él le importasen el cansancio y el desgaste.

Tuvo dolores de vida casi insuperables, pérdida tras pérdida de sus seres más entrañables, el padre de su hijo, su padre, su hijo que no tuvo tiempo de dejar descendencia, su maestro, su madre, su hermana, Julio, su amigo Alberto ...

Su despedida (aún siendo domingo y Dia del Padre) incluyó homenaje en el Salón de Cabildo, que en esta ocasión se vio bien y concurrido, y fue trasladada del Palacio a la carrosa y de la carrosa a su sepulcro, en brazos y hombros de una sexteta de policías jóvenes y bien portados que lo hicieron con sumo respeto y hasta emocionados al final. Y en el Panteón se escucharon las voces de la sinceridad y el canto que fluyó como un himno al cielo, que estuvo esplendoroso.

Pues entonces, ya pueden saber más o menos, quién fue HERMILA SOLANA DE ÁBREGO.

PS

Te querrá siempre tu amigo Rogelio.

publicado en el semanario  "El Periódico de San Andrés" el sábado 25 de junio de 2011